miércoles, 8 de abril de 2009

Oficios tradicionales: un patrimonio común

En esta entrada quiero que viajando disfrutéis de otra de esas riquezas que obtiene el viajero y pocas veces el turista. Desde la Hiruela y otros magníficos pueblos de la Sierra Pobre en Madrid viajeremos a Vielha en el Valle de Aran, para conocer a "La Jenny", para terminar en Ibiza, más concretamente en Santa Eulalia, donde veremos una prensa de aceite.
Cuando hablamos de estos oficios no somos conscientes de la importancia que en muchos casos tuvieron para la supervivencia económica de muchas de nuestras zonas rurales hoy amenazadas por su pérdida aunque la adecuación de antiguos molinos, telares o carboneras como museos les estén dando al menos una esperanza de sobrevivir.
Si recordáis no hace mucho paramos en un magnífico potro de Pradena del Rincón, utilizado por los ganados serranos transhumantes antes de salir para tierras extremeñas

Si seguimos por la zona llegamos al incomparable pueblo de La Hiruela, donde además de disfrutar de un lugar de una belleza singular podréis disfrutar de varias rutas por su entorno. Entre ellas una tiene el significativo nombre de "Ruta de los Oficios de la Vida", allí encontraréis antiguas y esplendidas carboneras:

Estas estructuras totalmente artesanales, se utilizaban para obtener carbón vegetal y otros productos como la pez obtenida de la resina de los pinos, cuya utilidad entre otras es la de aislante para la botas de vino, para calafatear los barcos y con aplicaciones en la confección de calzado
Encontramos también antiguos colmenares que tanto han endulzado nuestra vida con su miel
Aunque no sólo de pan vive el hombre, los hornos harineros nos han dejado antiguas estructuras que hoy disfrutamos comiéndonos los "bocatas" junto a las riveras donde se encuentran estas bellas construcciones

Nuestros mayores también disfrutaban de la ropa, aunque su realización implicaba horas y esfuerzo frente a magníficos telares como este:

El trabajo con la lana requiere de varios procesos primero debemos desmondar, para luego cardar e hilar la lana, para ello se utilizan diversas maquinas aquí tenéis algunos ejemplos:

La revolución industrial modificó sustancialmente la forma de producir, está última imagen comparada con la siguiente que nos muestra una auténtica Spinning Jenny, conservada con cariño y que podéis disfrutar cuando visitéis Vielha en el Valle de Aran

En las labores agrarias también se produjo una evolución importante que intentaremos valorar a partir de las siguientes imágenes:

Este arado y esta cosechadora usada hasta no hace mucho tiempo ponen de manifiesto esa evolución en el trabajo de los agricultores, sin los cuales este mundo rural que nos enseñan tanto languidecería hasta desaparecer. Las herramientas conservadas nos hablan de esfuerzo y trabajo duro, premisas que deberían ser asumidas por vosotros como pautas del quehacer diario.

Las actividades agrícolas se complementan con la obtención de productos esenciales para nuestra dieta ayer y hoy. El aceite y su obtención juega un papel central en este proceso

Aquí tenéis un esquema del prensado de la aceituna, el primero se hacia en frío (esto es sin agua caliente), presionando la viga sobre el fruto previamente colocado en una suerte de malla para obtener el primer aceite, el mejor. Luego el proceso se seguía añadiendo a las sucesivas prensadas agua caliente para obtener un aceite más refinado, calificativo que en este caso no es sinónimo de mayor calidad. Gracias al trabajo de recuperación de tradiciones y oficios hoy podemos ver como era este duro trabajo

Nuestro viaje por los oficios ha cumplido al menos un primera etapa, no quisiera termina sin deciros que ayer y hoy, un grupo de hombres y mujeres pensaron que lo realmente importante es que al menos cada día sus alumnos se fueran a casa con algo más en ese bello zurrón que es el saber. Sirva esta foto como homenaje al maestro, también rural, sin él que muchas de estas realidades que hoy disfrutamos habrían quedado olvidadas y arrinconadas por el progreso que no siempre significa avanzar.

Fotos: JV y Eugenia

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